LOVING VINCENT
(2017)
Tuve la suerte de visitar el museo Van Gogh en aquella escapadita holandesa de hace algunos años y ahora al ver esta estupenda película recuerdo alguna de las famosas obras pictóricas de este autor, que según lo que he leído es considerado como uno de los padres del arte moderno.
Me ha sorprendido gratamente ver como aquellos cuadros del museo de Amsterdam que estaban estáticos, pegados en la pared, han cobrado vida y se convirtieron en los protagonistas de esta vistosa película; parece como si a los marcos de esos cuadros les hubiesen crecido alas que les permiten realizar un impresionante vuelo por los campos de cereales, como si fueran aquellos negros cuervos que aparecen en diferentes fotogramas de este filme.
Paisajes con amplia gama de colorido que van desde los ocres y amarillos de los campos hasta los más oscuros mostrando ese anochecer estrellado. Personajes con sus caras de vistosas cicatrices por las pinceladas te hacen mantener la atención permanentemente. También me gustó el contraste existente entre las escenas coloridas mezcladas con acierto con otras en blanco y negro que daban un gran resultado.
En resumen, me ha parecido una gran película con esa presencia en la pantalla tan llamativa y original que te engancha desde el primer lienzo y con esas pinceladas a modo de poesía que la hace sumamente atractiva.
Y antes de finalizar esta entrada, dejo un cuadro que tengo en el comedor de casa:
La siega de Van Gogh.
Esta obra realizada en el mes de junio de 1888 cuando el artista salía a pasear en la Provenza francesa y descubrió los campos de trigo con sus intensos colores.