El protagonista cogió las aletas, las gafas de buceo y un tubo para respirar. Él prefería estar bajo el agua sin botella de oxígeno aunque en ocasiones tuviera que subir a la superficie para coger aire.
El buceador se aventuró muchas veces hacia la misma zona submarina, parece ser que estuvo más de una año realizando inmersiones, día tras días, atravesando el bosque de algas para experimentar libremente en ese mundo submarino maravilloso y encontrarse con un montón de especies que allí vivían (unas eran más buenas y otras eran más malas, aunque la palma se la llevara el pez gato)
Hasta que llegó ese día especial en el cual encontró al otro protagonista de esta historia, un simpático pulpo hembra, que aunque el principio era reacio al encuentro, al final consiguió entamblar una cierta amistad con el intrépido buceador.
Pasaron muchas cosas bajo el agua, la vida allí también superaba las etapas establecias:
los seres vivos nacían, se reproducían y morían.
El último día el hombre que buceaba, salió del agua, se quitó sus gafas, sus aletas...
Respiró y recordó aquel inolvidable día, en el que el pulpó se acercó y le palpó.
DATOS DEL DOCUMENTAL
interesante lo que escribes te dejo un abrazo desde el calor de mi ciudad
ResponderEliminarMe recuerda los encuentros entre El Principito y El zorro en el cuento luminoso de Saint Exupery (en versión acuática). Buena película para ver en verano. En la imaginación, aún dentro de casa sentados en un sofá, podemos imaginar todo el océano. Recuerdo un verano en que leí una novela de ciencia ficción en que se congelaba el planeta y "la sentí". Lo fantástico es que lo hice acostado en una tumbona bajo una mínima sombrilla y "torrado" por un sol de 30 grados.
ResponderEliminarEs una idea interesante la de comentar películas que, de alguna manera, nos han gustado o impresionado. No la abandones.
ResponderEliminarEn cierto modo, en uno de mis blogs, trabajé en una experiencia parecida: "Cine, en una palabra" (dentro del blog "Una imagen por mil palabras).
Dando la vuelta al dicho popular que asegura que una imagen vale más que mil palabras, apelo a la capacidad de abstracción del lenguaje para demostrar que en una palabra caben más de mil imágenes. Recopilé 45 palabras que expresaban secuencias memorables del séptimo arte y construí un artículo a propósito recordando la escena y la película.
Pueden verse en esta dirección:
https://imagenx1000palabras.blogspot.com/p/cine-en-una-palabra.html